La Guerra del Cerdo: Cuando EE.UU. y Gran Bretaña Casi Pelean por un Puerco
En 1859, en la remota isla de San Juan (hoy territorio de
Washington), un simple cerdo desató una crisis internacional. El granjero
estadounidense Lyman Cutlar encontró al animal hozando en su huerto y, harto de
los destrozos, le disparó. El problema: el cerdo era del británico Charles
Griffin, quien exigió compensación. Cutlar se negó, alegando que el cerdo era
un "invasor".
La tensión escaló. Gran Bretaña amenazó con arrestar a Cutlar,
mientras colonos estadounidenses pidieron protección militar. Pronto, EE.UU.
envió 66 soldados y los británicos desplegaron 5 buques de guerra con 2.140
hombres. Durante meses, ambos bandos se miraron con recelo, pero, curiosamente,
nadie disparó un solo tiro (excepto Cutlar, claro).
Finalmente, en 1872, el emperador alemán Guillermo I actuó
como árbitro y concedió la isla a EE.UU. Así terminó la "guerra" más
absurda de la historia: un conflicto donde el único muerto fue un cerdo
hambriento.
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