El Jorobado Real: La Leyenda Tras el Mito de Quasimodo
En las sombras de Notre-Dame, entre gárgolas y campanas, vivió un hombre cuya silueta inspiró uno de los personajes más trágicos de la literatura: Quasimodo. Su nombre real se perdió en el tiempo, pero algunos lo llamaban Trajan, un tallista jorobado que esculpía santos con manos torcidas pero talentosas.
Victor Hugo, al visitar la catedral en 1820, quedó fascinado por este "espíritu de piedra", un ser rechazado por su deformidad pero indispensable en la conservación del arte gótico. No era un monstruo, sino un artista anónimo, condenado a vivir entre sombras mientras esculpía la luz de los vitrales.
Leyendas cuentan que, décadas después, se halló en la Tour des Célestins una gárgola con la inscripción "Tu fui, olim, Quasimodo" ("Yo fui, alguna vez, Quasimodo"). ¿Fue Trajan quien la talló? Nunca lo sabremos, pero su legado pervive en cada piedra de Notre-Dame y en el corazón de quienes ven más allá de las apariencias.
Un héroe sin nombre, eternizado por la pluma de Hugo.
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