La traición que quebró al Don: Sammy "The Bull" contra Gotti
En el oscuro corazón del crimen organizado
neoyorquino, donde la lealtad es ley y el silencio es sagrado, hubo una
traición que sacudió los cimientos de la Mafia como pocas veces antes. Sammy
"The Bull" Gravano, el temido subjefe de la familia Gambino,
rompió el juramento más sagrado: la Omertà.
Durante años, Gravano fue el brazo derecho de John
Gotti, el carismático y despiadado líder de los Gambino. Juntos orquestaron
asesinatos, extorsiones y movieron millones en negocios ilegales. Eran la
encarnación moderna de los Corleone, pero en versión real. Sin embargo, cuando
el FBI logró grabaciones incriminatorias de Gotti —donde lo culpaba de todo y
se burlaba de sus hombres, incluido Sammy— el mito comenzó a resquebrajarse.
En 1991, enfrentado a una cadena perpetua, Gravano
hizo lo impensable: se convirtió en el testigo estrella del gobierno.
Traicionó a su jefe, a su familia criminal, y a todo un código que decía que
era mejor morir que hablar. Sus declaraciones fueron demoledoras. Con su
testimonio, ayudó a condenar a Gotti a cadena perpetua y a derribar
buena parte de la estructura mafiosa de Nueva York.
Sammy “The Bull” no sólo quebró a Gotti, quebró la Omertà,
esa ley no escrita que había mantenido viva la Mafia durante un siglo. Fue el
principio del fin para muchos capos. Y aunque Gravano pagó su precio —años de
cárcel, exilio, vivir con la marca de traidor— su decisión cambió la historia
de la Cosa Nostra.
En el mundo de la Mafia, donde todos juraban lealtad
eterna, el que más mató fue el que más habló. Y así cayó el Don.
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